Valdría la pena preguntarse si realmente la iglesia moderna debe parecerse a la iglesia primitiva. La iglesia es la institución más antigua del Occidente: ¿no hay nada bueno qué aprender de dos milenios? La otra cosa es preguntarse, ya desde la exégesis, si lo que Dios quiere es que imitemos a esos primeros cristianos. En esta reflexión hay, debemos decirlo, un componente de la modernidad: la noción del progreso. Y, ya lo sabemos, la modernidad se nos presenta como antítesis de la religión y al cristianismo como su enemigo a vencer. Hay algo de parricidio en estos modernos. Pero debemos reconocer que la modernidad ha dejado el principio de progreso como positivo: ser progesista es, en la sociedad del siglo XXI, infinitamente mejor que ser conservador. O al menos, es más chick, ser «progre» es saber venderse en este mundo.
Pero volvamos a la pregunta inicial: ¿debemos aspirar a ser la copia exacta de la iglesia primitiva? O más: a la iglesia neotestamentaria. La primera dificultad que un lector atento del Nuevo Testamento va a encontrar es que no existe el concepto «la» iglesia como entidad monolítica, unificada y uniforme. Lo que sí hay es una pluralidad de iglesias. La iglesia de Jerusalén parecía tener poco en común con la iglesia de Corinto y ésta a su vez menos con la de Roma. Ese poco, dirán con razón los lectores, es mucho: creían todos en la obra y enseñanza de Jesús de Nazareth. Más allá de eso, quizá, no había más.
Lo que sí vemos muy claramente en las escrituras griegas es una serie de principios. O mejor: hay algunas doctrinas, algunas prácticas y algunas «estructuras» que todos los creyentes practican desde entonces. Hay que encontrar esas tendencias generales y aplicarlas en el contexto moderno de la iglesia.
La pregunta viene a colación porque hay una suerte de obsesión en algunas iglesias descendientes de la Reforma. Dígame usted si no: la idea de que la iglesia moderna debe ser una copia de la iglesia primitiva o, en el extremo, de la iglesia del Nuevo Testamento permea infinidad de grupos. Esta teología ha llevado a situaciones bochornosas: grupos de cristianos que se visten como ellos creen que se vestían en el siglo I, que hacen de esas minucias un verdadero dogma que, en la práctica, se ponen encima de la soteriología. Una mujer que crea en Jesús, que practica sus preceptos y que en general es piadosa pero que se vista de pantalón y se maquille es vista poco menos que «ramera», adjetivo preferido de estos restauracionistas trasnochados.
Pero hay aquí un error de interpretación y de profunda ignorancia en las escrituras. Acomodan las escrituras a su antojo: ¿por qué exigir los atuendos en mujeres pero no en hombres? Porque si a esas vamos, los hombres deberían ir por este mundo en sandalias y túnicas. Y todavía más: deberían hablar, al menos, en griego koiné. También deberían tener una teología peculiar de la Trinidad, que no se desarrolló sino hasta al menos tres siglos después de Cristo y deberían resolver el asunto de la organización: ¿elegimos el modelo de Jerusalén o el paulino? Pero, más dramático aun: ¿qué Escrituras leemos y consideramos inspiradas?
Porque los restauracionistas no han podido responder con eficacia algunas preguntas:
1. ¿Por qué, desde el punto de vista exegético, hay que copiar la primera iglesia?
2. ¿Qué consideramos «iglesia primitiva»? ¿Qué periodo histórico comprende? ¿Qué conocemos con certeza histórica de tal periodo?
3. ¿Qué aspectos de esa iglesia copiamos y por qué?
En querer regresar a nuestras raíces hay un sentimiento de insatisfacción actual, una añoranza por los viejos y buenos tiempos. “Todo tiempo pasado fue mejor» es igual a decir que hay una edad de oro de la cristiandad. Pero es una idea romántica, parcial e ingenua. Hermanos y hermanas: vivimos en el año del Señor 2009.
Estoy convencido que las Escrituras son la base, los límites, los bordes en donde cada comunidad de cristianos debe construir su propio edificio, uno que es parte de un vecindario noble, antiguo, con zonas rojas, negras y grises, pero ese edificio se construye aquí y ahora. Eso, la idea clara de líderes cristianos de adaptarse a su situación histórica, social, cultural y política, es el elemento clave para entender cómo seguimos hablando hoy de ese carpintero llamado Jesús, proveniente de Nazareth.
Me parece tu articulo y creo que hay que hay que comentar mas, sin embargo pues quedo a tus ordenes para comenatarlo mas a fondo, saludos.
Me parece pertinente tu comentario sobre todo en el sentido de que existe una lectura incorrecta del la iglesia primitiva. Si bien es cierto que el mismo libro de los Hechos, nos presenta varias imagenes de desacuerdos entre los discipulos y posteriormente entre las diferentes iglesias que se formaron a lo largo del primer siglo, que aunque tenian diferencias culturales y sociales que parecian irreconciliables ( gentiles y judios ortodoxos y judios dispersos con toda la amalgama cultural de las diferentes regiones del medio oriente y parte de Asia) lo cierto es que si compartian elementos muy importantes de cohesion. El Espiritu Santo se muestra claramente como este elemento de cohesiòn entre las diferencias de los primeros cristianos. Quiza`hemos tratado de darle una lectura incorrecta pensando que la unidad de la fe debe ir de la mano a la uniformidad de pensamiento y de cultura. Por supuesto que hay iglesias que piensan que el maquillaje en las mujeres y el uso de pantalones son incorrectos, «por que asi lo menciona la Biblia», pero es muy claro que esa es una lectura equivocada. Tu bien lo dices, es nuestra responsabilidad darle una lectura fresca y contemporanea de acuerdo a nuestra propia situacion cultural y social, por supuesto considerando la modernidad. Nuestra labor es presentar una imagen correcta de lo que debe ser un cristiano y definitivamente esta imagen no debe ser la del legalista. Parece que todavia se escuchan las voces de aquellos judaizantes que querian que los recien convertidos se circunciden, pero yo todavia escucho la voz del apostol Pablo comentando que ya no hay ley, sino que ahora es la gracia y el amor la norma de vida y de conducta de todos los que hayamos decidido seguir a Jesus.
Quiero defender un poco a los restauracionistas. No es que haya un deseo ferviente por copiar los metodos o formas neotestamentarias, la mayoria de los cristianos evangelicos estamos deacuerdo en que el pentecostes es el inicio de una nueva era, la era del Espiritu Santo. Y esta era comenzo en el aposento alto con la venida de la promesa hehca por Jesus no solo a ese grupo de 120, sino a todos los que despues fueran a creer. Por eso a la predicacion de Pedro un grupo de gentiles que era la primera vez que escuhaban el mesanje del evangelio, recibieron en el acto el don del ES. Lo que tanto anhelamos y si claro que si con un animo de insatisfaccion actual, es ver el poder en la iglesia. El poder que se le ha prometido que vendria investido de lo alto no por medios politicos o humanos, sino por medio del mismo Espiritu que le dio poder al ministerio de Jesus.
La historia de la iglesia despues del pentecostes nos habla de otros momentos claves en donde la iglesia a actuado de forma poderosa como en el caso del avivamiento de Gales a principio del siglo XX. Es el avivamiento el que tanto anhelamos y el que le dara cohesion y unidad a la iglesia, no sera el ecumenismo ni los concilios, sino una nueva investidura del poder de Dios sobre toda la iglesia. Esta ocurriendo en la actualidad, lo puedes verificar en Colombia, en Autralia en Nigeria y en otros paises en donde se esta proclamando el nombre de Jesus con poder. Que hay descuerdos entre los creyentes, si. Los mismos apostoles se peleaban por ver quien era el mayor. Pero los lineamientos y los parametros de Justicia creo que estan bien establecidos por Jesus en los evangelios. Dedemos ser cristianos abietos a la modernidad, claro que si, de hecho pienso que es el critianismo el que abre la modernidad en la sociedad. Todos los conceptos de igualdad social y valoracion de la persona humana que se proclamaron en la Ilustracion y en las democracias modernas tienen sus bases en principios cristianos. No fueron los griegos los que pensaban que la mujer debia ser tratada como igual o los romanos verdad?? Ser incluyentes de los que piensan diferente a nosotros, ser tolerantes y criticos son elementos fundamentales para que podamos ser ejemplo en la sociedad. Cristianos posmodernos en todo el sentido de la palabra, pero con el poder de Dios. Sin la realidad de Dios en nuestras vidas, el cristianismo no tiene sentido y se vuelve solamente una filosofia mas. Pablo decia, por que el reino de Dios no consiste en palabras sino en poder y en demostracion de Espiritu Santo. Esa es la busqueda sedienta que debemos tener, el reino de Dios es para los que tiene hambre y sed de Justicia, para los que lo demandan por derecho, el derecho que la fe en Crisito nos dio de ser hechos hijos de Dios.
Y claro que la «religiosidad» y la ignorancia son enemigos de la cotrrecta imagen cristiana. Parece que hay muchas iglesias impregnadas de un espiritu Farisaico, un espiritu anticristiano y que lejos de motivar deprime. Pero es nuestra responsabilidad demostrarle al mundo que cristianismo apenas comienza y que tiene muchisimo por ofrecerle a la humanidad.
Pienso que es cierto,no podemos mirar atras tenemos que seguir adelante,y la iglesia de aquella era no es la misma de estos tiempos las personas han cambiado hasta la forma de pensar somos los que marcamos la pauta, la generacion de relevo.No nos importa lo que diga el mundo solamente buscamos nuestra salvacion que es cristo ya no miremos como se viste fulanito o sutanito solamente miremos lo que hay en su corazon como el rey david no es por la estatura del hombre sino por lo que encierra su corazon….. Hermanos dios los bendiga esta computadora tiene dañada algunas teclas de acentos pero muchas gracias por enseñarme que no es por la vestidura que soy salva