Me permito copiar aquí la columna de hoy de Roberto Blancarte, toda una autoridad en historia del catolicismo en México y en sempiterna pelea contra la jerarquía y su conservadurismo. Su desatención del protestantismo, sin embargo, hace que su pregunta sea de una retórica chocante. La respuesta se sabe de inmediato y sólo los que no conocen los llamados Nuevos Movimientos Religiosos se sorprenderían de lo altamante conservador que es el movimiento evangélico y protestante en general en México. Incluso la minoría liberal dentro del protestantismo sería etiquetada como conservadora por los estudiosos como Blancarte.
Es más, ¿no es la religión la eterna defensora del status quo? ¿No mira siempre al pasado y cuando lo hace hacia delante sus ojos están en el cielo? La marcha, que aquí documentamos, de hace un año contra el aborto unió a jerarquías católicas y protestantes.
Aventuro una respuesta: los evangélicos son algunas veces más conservadores que los católicos. Otras ocasiones son iguales y unas cuantas, de índole meramente inter-religioso, son menos. Esta afirmación podría documentarse, pero en sí misma no representa ningún hallazgo. Es una respuesta sencilla y obvia. Es una perogrullada. Lo mismo se podría decir del catolicismo. Lo que a mí me intriga, sin embargo, es la lealtad a la agrupación. El sentido común dictaría que cada grupo se una según sus intereses y su forma de pensar. Pero resulta que antes de ser de izquierda, derecha o centro dentro de una iglesia, está primero su identad como parte de dicha organización. Y en esa estamos.
¿Ustedes qué piensan de este artículo?
¿Son más conservadores los evangélicos que los católicos?
Martes, 12 Agosto, 2008
Mi artículo de la semana pasada titulado «El sida, la Biblia y el condón», en el que hablé sobre la campaña de «Católicas por el derecho a decidir» para que los jóvenes usen el condón, utilizando frases del Cantar de los cantares, suscitó algunas reacciones. Pero no las que yo esperaba, es decir, las del Arzobispado católico, al que critiqué por sus absurdos argumentos condenatorios, sino las de algunos evangélicos, igualmente preocupados por el asunto de la castidad y el sexo fuera del matrimonio. Me «acusan» de sacar al Cantar de los cantares fuera de contexto, de hacer una lectura parcial y de no leer suficientemente la Biblia. Defienden una versión conservadora de la exégesis o interpretación bíblica, lo cual no les impide criticar a los sacerdotes católicos. Omito los nombres y sus bendiciones, porque no estoy seguro de que ellos quieran aparecer públicamente, pero repito sus argumentos, los cuales, estoy seguro, ellos reconocerán:
«Usted hace mención a lo que dice el Cantar de los Cantares respecto a la relación entre una pareja, pero creo que le falta ver un poco más allá de lo que dice Salomón a su amada y viceversa. Para poder entender lo que Dios quiere acerca de una pareja debe usted leer otros libros, no solo el Cantar…, puede usted empezar por el Génesis… La Biblia es un libro de sabiduría o inclusive un ‘manual de vida’ en el que Dios nos dicta qué debemos hacer en cada momento… nos dice cómo planificar nuestras finanzas, o cómo educar a nuestros hijos, o… lo que usted quiera, nada más que necesita leerla, estudiarla y vivirla. Y por cierto, los sacerdotes católicos no son los más indicados para explicarla, de hecho me atrevería a firmar que no la conocen bien, como tampoco el pueblo católico, pero esa es otra historia.
«El sexo es un don que nos dio Dios para disfrutarlo con nuestra pareja, pero en matrimonio… el Cantar nunca habla de relaciones sexuales fuera del matrimonio, aunque no lo dice explícitamente, por eso le digo que tiene que leer otros libros de la Biblia para entender por qué le digo que es en el contexto del matrimonio, pero por favor, no se lo pregunte a los sacerdotes católicos, ¿cómo van a entender algo que no practican? ¿Cómo pueden hablar de matrimonio si no se casan? Ahora bien, usted puede estar o no de acuerdo con que el sexo sea para practicarlo nada más en el matrimonio, pero eso es lo que quiere Dios. Usted puede tomar la decisión que quiera, (o cuestionárselo a Dios), porque Él nos da un libre albedrío. En su palabra nos dice qué es lo que debemos hacer, como en los diez Mandamientos, que por cierto no es lo único que nos pide, pero también nos da oportunidad de decidir.»
Otro lector me dice: «Dr. Blancarte, lo único que me gustaría aclarar de su columna, es sin duda que Ud. esta cometiendo el mismo error que achaca a la Jerarquía Católica, Torcer las escrituras para dar a conocer un punto. Aclaro que no soy católico, mas bien mi confesión es de tipo protestante-evangélico, por lo cual creo que la Biblia es la Palabra de Dios y me da gusto que se proclamen sus verdades en Publico, en especial algo que se ha torcido durante tanto tiempo, la valía de la Relación de Pareja, y la bondad del Creador al Regalarnos esto a los Seres humanos, como una imagen del Amor que nos tiene. Le comento que usted esta usando la escritura de forma incompleta porque Menciona en su columna: ‘Porque proponer la abstinencia es precisamente querer apagar el amor y la pasión que la propia Biblia consigna en el Cantar de los cantares.’ Es un argumento falso, porque la Escritura en General y el Cantar de los cantares en específico hablan del contexto para el cual Dios creo el Sexo, el Matrimonio. Véalo por si mismo. Se trata de Dos esposos de quienes se desprende este hermoso texto acerca del amor de pareja. El Sexo es bueno, Dios lo creo, pero esta diseñado para que su disfrute en plenitud sea entre dos personas comprometidas en matrimonio. Sin las consecuencias tristes de las enfermedades y embarazos no deseados (el control Natal no es condenado por la Escritura, solo la conciencia de cada persona le redargüira)[sic].»
Las cartas y argumentos siguen y me parecen muy valiosos, sinceramente. Pero me voy a permitir insistir en mis argumentos: por supuesto que la Biblia, en general, habla del sexo como algo que sucede en el matrimonio. Lo que nosotros conocemos como «la Biblia» no es, sin embargo, un solo libro, sino un conjunto de textos escritos a lo largo de muchos siglos, casi todos en el primer milenio antes de Cristo. Luego los Evangelios al parecer fueron escritos hacia el final del Siglo I de nuestra era. Se trata de textos que en buena media regulan la actividad de sociedades constituidas esencialmente de agricultores y pastores, con una idea naturalmente conservadora acerca de la función de la sexualidad, del papel de las mujeres y del tipo de relaciones permisibles. Pero aún así, por la misma razón, la Biblia no menciona ni la radio ni la televisión, ni la Internet. Tampoco el condón ni la anticoncepción de emergencia. No se puede, a menos que hagamos una lectura muy conservadora en la actualidad, condenar lo que allí no se condena. ¿Tomarán ahora los evangélicos el papel conservador que tuvo durante siglos la Iglesia católica?
blancart@colmex.mx
Fuente: Milenio