Esto lo extraigo de la Atalaya (zaz). No soy Testigo, pertenezco a la Iglesia cuyo link se encuentra en esta página. Me tope en una tienda con esta revista, se la habían dejado al tendero y le pregunte si podía llevármela, me respondí que si y pues ya con calma la leí en mi casa. Ahora, coloco este articulo pues se que hay muchos cristianos con dudas acerca si debemos involúcranos en la política. Seria fácil sacar una clase directo de la Biblia, sin embargo, me pareció buena idea colocar este articulo, hecho por la “Watch Tower Bible and Tract Society of Pennsylvania”, pues creo que este espacio sirve para darle voz a quienes seguimos al Dios de Israel, sin promover a nadie. Tengo que decir también que resumí un poco este artículo. Como es costumbre, se vale comentar. Por cierto, las escrituras que se mencionan no son las de la Traducción del Nuevo Mundo de las Santas Escrituras (TNM), sino de la Nueva Versión Internacional (NVI). No es nada personal. Como lo diría Alejandro Sanz en una canción, no es lo mismo.
¡Ah!, y va con dedicatoria. Para vos, Venegas.
“Según dijo un arzobispo canadiense a unos peregrinos, la intervención en la política puede ayudar a los pobres (…). Aun cuando el sistema político no parezca someterse a la voluntad de Dios, hemos de involucrarnos a fin de obtener justicia para los pobres.” (Catholic News)
No son infrecuentes las noticias de sobre eclesiásticos de alto rango que abogan por la intervención en la política, como lo son los religiosos que ocupan un cargo político. Algunos han tratado de sanear la política. A otros se les admira y recuerda por sus campañas a favor de cuestiones como la igualdad racial y la abolición de la esclavitud.
Sin embargo, a muchos fieles les incomoda que sus ministros tomen partido en asuntos de carácter político. “Fueron los mismos feligreses protestantes quienes en ocasiones cuestionaron el activismo de sus pastores”, explicaba un articulo de la revista The Christian Century sobre teología política. Muchos creyentes opinan que algo tan sagrado como la religión no debería mezclarse con la política.
Esta situación plantea preguntas de gran interés para quienes desean ver un mundo mejor. ¿Pueden los ministros del cristianismo sanear la política? ¿Será su intervención el modo divino de alcanzar un gobierno y un mundo mejores? ¿Surgió el cristianismo como una alternativa política?
El activismo político en el nombre de Cristo
En el libro The Early Church (La Iglesia primitiva), el historiador Henry Chadwick señala que la organización cristiana se caracterizaba por su “indiferencia hacia el poder de este mundo”. Se trataba de una “colección apolítica, apacible y pacifica”. Según la obra Historia del cristianismo, “reinaba una convicción generalmente sostenida por los cristianos, de que ningún modo de ellos debería ocupar puestos de poder en el Estado (…). A principios del tercer siglo, Hipólito dijo de que la costumbre establecida entre los cristianos, exigía que un magistrado cívico renunciara a su puesto a una condición para poder ingresar como miembro de una iglesia”. Poco a poco, no obstante, hombres con ansias de poder tomar las riendas de numerosas congregaciones y se otorgaron títulos altisonantes (Hechos 20:29,30). Algunos deseaban ser caudillos políticos y religiosos a la vez. Un inesperado cambio en el seno del gobierno de Roma les brindo a estos clérigos la oportunidad que esperaban.
En el año 312 de nuestra era, el emperador romano Constantino empezó a mirar con buenos ojos el cristianismo nominal. Sorprendentemente, los obispos cedieron con gusto ante el emperador pagano a cambio de los privilegios que este les concedía. Según Henry Chadwick, “la iglesia se implicaba cada vez más en importantes decisiones políticas”. ¿Qué efecto tuvo en los eclesiásticos esa participación?
La influencia de la política sobre los ministros religiosos.
Agustín de Hipona, influyente teólogo católico del siglo V, fue el principal promotor de la idea de que los ministros religiosos con cargos políticos eran instrumentos divinos. Según el, la Iglesia había de gobernar en todas las naciones para traer paz a los hombres.
Sin embargo, el historiador H. G. Wells escribió: “La historia de Europa desde el siglo V hasta el siglo XV es, en gran parte, la historia del fracaso en la practica de esta gran idea de un gobierno divino”, La cristiandad no logro instaurar la paz en Europa, ni mucho menos en el mundo. El concepto que se tenia del cristianismo perdió credibilidad a los ojos de la sociedad en general. ¿Qué salio mal?
Gran parte de los que afirmaban predicar el cristianismo se invulocraron en la política con buenas intenciones, pero luego se corrompieron. Martín Lutero, predicador y traductor de la Biblia, debe su fama a sus esfuerzos por reformar la Iglesia Católica. No obstante, su valiente postura contraria a las doctrinas de la Iglesia le granjeo muchas simpatías entre quienes buscaban sublevarse por motivos políticos. Lutero perdió el respeto de un buen número de sus partidarios cuando también comenzó a pronunciarse en cuestiones políticas. En un principio presto su apoyo a los campesinos que se alzaron contra los nobles opresivos. Más tarde, cuando el alzamiento se torno muy violento, animo a los nobles a sofocarlo, para lo cual masacraron a miles de insurrectos. No sorprende que los campesinos lo consideraran un traidor. Lutero también incito a los nobles a emprender su propia revuelta contra el emperador católico. De hecho, los protestantes, como se llego a conocer a los seguidores de Lutero, fundaron su movimiento político desde el comienzo de su rebelión. ¿Qué efecto tuvo el poder en Lutero? Lo corrompió. Pese a que al principio se ponían a la coacción de disidentes religiosos, tiempo después instigo a sus amigos políticos a que ejecutaran en la hoguera a quienes estaban en contra del bautismo de infantes.
Juan Calvino fue un afamado eclesiástico de Ginebra, quien con el tiempo también llego a adquirir gran relevancia política. Cuando Miguel Servet demostró que la Trinidad no tenia base bíblica, Calvino hizo uso de sus influencias para que lo que condenaran a morir en la hoguera. ¡De que modo más espantoso se desvió de las enseñanzas de Jesús!
Es posible que estos personajes olvidaran lo que dice la Biblia en 1° Juan 5:19: “Sabemos que somos hijos de Dios, y que el mundo entero esta bajo el control del maligno”. Ahora bien, ¿deseaban sinceramente reformar la política de su época, o era la perspectiva de contar con poder y amistades en puestos influyentes lo que les atraía? Sea cual sea el caso, deberían haber recordado las palabras inspiradas de Santiago, el discípulo de Jesús: “¿No saben que la amistad con la gente del mundo es enemistad con Dios? Si alguien quiere ser amigo del mundo se vuelve enemigo de Dios” (Santiago 4:4). Santiago sabia lo que Jesús había dicho de sus seguidores: “…y el mundo los ha odiado porque no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo” (Juan 17:14).
No obstante, pese a que los cristianos reconocen que no deben de participar en las maldades del mundo, muchas personas se resisten a ser neutrales en la política, esto es, a “no (ser) parte del mundo”. Afirman que tal neutralidad impide que los cristianos demuestren de forma activa amor a los demás. Creen que los líderes religiosos deben pronunciarse y participar en la lucha contra corrupción y la injusticia. Pero ¿de veras resulta incompatible la neutralidad que Jesús enseño en el interés activo a favor de otros? ¿Puede un cristiano mantenerse al margen de las cuestiones políticas divisivas y al mismo tiempo proporcionar ayuda práctica a su semejante? (…)
Algo mejor que la política.
La verdad que Jesús enseño no eran teorías políticas. Más bien, giraba en torno al Reino del cual seria Rey (Lucas 4:43). Este Reino de naturaleza celestial reemplazara a todos los gobiernos y traerá paz permanente a la humanidad (Isaías 9:6,7; 11:9; Daniel 2:44). Se trata, por tanto, de la única esperanza verdadera para los seres humanos. ¿No es más amoroso dar a conocer a las personas esta esperanza fiable para el futuro que animarlas a confiar en que seres humanos obtengan un porvenir seguro? La Biblia dice: “No pongan su confianza en gente poderosa, en simples mortales, que no pueden salvar.
Exhalan el espíritu y vuelven al polvo, y ese mismo día se desbaratan sus planes. Dichoso aquel cuya ayuda es el Dios de Jacob, cuya esperanza esta en el Señor su Dios” (Salmo 146:3,5). De modo que, en vez de mandar a sus discípulos a predicar una forma mejor de organizar los gobiernos, Jesús le enseño a predicar las “buenas nuevas” (Mateo 10:6,7; 24:14).
Por lo tanto, esta es “la obra del Señor” que se encomendó a los cristianos. Dado que el amor mutuo es un requisito para los súbditos del Reino de Dios, solo este gobierno conseguirá eliminar la riqueza y distribuir de forma equitativa los recursos de la humanidad (Salmo 72:8, 12, 13). Sin duda, son buenas noticias que hay que vale la pena declarar (…). Mantenerse al margen de la política a fin de proclamar la única esperanza de verdadera para la humanidad no impide que los auténticos cristianos contribuyan al bienestar de sus semejantes de maneras prácticas. A quienes desean convertirse en súbditos del Reino de les enseñan a erradicar actitudes destructivas, a respetar a las autoridades, a mejorar su vida de familia y a tener un punto de vista equilibrado sobre los bienes materiales (…). En efecto, los proclamadotes del Reino de Dios constituyen una influencia beneficiosa para la comunidad en la que viven. Además, animan a las personas a depositar su confianza en un gobierno que es real y que proveerá de paz permanente a quienes aman a Dios. Debido a su neutralidad, no existen obstáculos que impidan a estos cristianos prestar la ayuda más duradera y práctica que hay disponible hoy en día.
Incluso la indeferencia es ya una toma de posición política… Y la Watchtower Society tiene algunas creencias un tanto heterodoxas que todos ya sabemos. En principio, ¿son ellos cristianos? Gracias por la dedicatoria.