Viendo Jesús una multitud a Su alrededor, dio orden de pasar al otro lado del mar. Y un escriba se acercó y Le dijo: «Maestro, Te seguiré adondequiera que vayas.» Jesús le respondió: «Las zorras tienen madrigueras (cuevas) y las aves del cielo nidos, pero el Hijo del Hombre no tiene dónde recostar la cabeza.» Otro de los discípulos Le dijo: «Señor, permíteme que vaya primero y entierre a mi padre.» Pero Jesús le contestó: «Ven tras Mí, y deja que los muertos entierren a sus muertos.»
Tan sólo un capítulo antes, Jesús ha terminado de pronunciar el Sermón de la Montaña. Aquí están la acción, los milagros, las sanidades. El evangelio pasó de la enunciación a la práctica. Y con ello, el riesgo del espectáculo, de los intereses personales. ¿Cómo no seguir a un hombre que sana gratuitamente? ¿Cómo no estar cerca del galileo que dice cosas diferentes a las del establishment y que al mismo tiempo trae la paz a los cuerpos de sus oyentes? Muchos seguían a Jesús por fines egoístas, otros por curiosidad y muy probablemente, otros por seguir lo que los demás hacían. Pero Jesús no iba a permitir que aquello se convirtiera en un show.
El Maestro ordenó irse al otro lado del lago. En ese momento se acercan sus seguidores. Quizá cuando escucharon que Jesús se iría para el otro lado, para la región de la Decápolis, lejos de esas multitudes que se agolpaban para oír y sentir el evangelio. Quizá pensaron que era la oportunidad de demostrar cuánto querían a Jesús por sus palabras más que por otra cosa. El caso es que se acerca el escriba para expresarle su deseo de ir a donde Él fuese. Luego llega otro discípulo para pedirle que retrasara su partida mientras iba a enterrar a su padre. A los dos, Jesús les deja claro las implicaciones de sus palabras. Al escriba, Jesús le recuerda lo incómodo que puede ser seguirlo. Al otro discípulo, el Maestro le indica que ningún compromiso social o familiar puede estar encima que Él.
¿Predicamos esto? ¿Nos quedamos en la parte bonita del evangelio? ¿Queremos rodearnos de multitudes para sanarlas? El Maestro no lo hizo. Jesús no dejó que el movimiento se convirtiera en un musical de Broadway. Hay que enseñar que seguir a Jesús implica dejar las comodidades a las que estamos acostumbrados. La comodidad que viene de sentirse seguros. El evangelio nos mueve y nos sacude. Todas nuestros cimientos son minados. Lo que antes era seguro, ahora ni siquiera existe. Ni el hogar se salva de eso. Jesús nos pregunta, como al escriba: ¿de verdad quieres seguirme? Debemos estar dispuestos a dejar todo lo que para nosotros es seguro. Lo único seguro con Jesús es que si lo seguimos él nos llevará por el camino que conduce al cielo. Pero este camino es angosto, lleno de piedras, sin atajos. Incluso los animales tienen hogar, pero los seguidores de Jesús somos peregrinos de paso en este mundo.
Gracias al discípulo que le da el mejor de los pretextos, Jesús nos enseña qué tan alto son los estándares, los patrones que debemos tener para seguirlo. El hombre que le pidió que lo esperase no era para atender una fiesta. No. Se trataba de enterrar a su Padre. Puede que nos disguste o que pensemos que Jesús nos pide demasiado, pero las condiciones son claras desde el principio. El mundo sin Jesús de por sí está muerto. Si quieres continuar ahí, sólo prolongas la agonía. Podemos cumplir con todos los protocolos sociales y culturales, incluso los más cordiales, las fiestas, las comidas familiares, eso que para la sociedad es aceptable. Pero nada de eso nos dará la vida eterna. Ésta sólo viene de seguir a Jesús, quien nos dice: ningún pretexto es válido para no seguirme.
No sabemos si las personas que lo interpelaron lo siguieron, pero si fue así, sabían los términos del trato: seguir a Jesús está por encima de comodidades o ritos sociales.
Conforme a lo que comentas desde el principio, que muchos aspirantes a cristianos se acercaron a Jesús por fines egoístas, creo que se sigue dando aún en tiempo modernos y más aún, todos y cada uno de nosotros que ya nos consideramos cristianos, incluyendo a los nacidos dentro de la iglesia comenzamos una relación con él por fines egoístas.
En mi caso llegué por cubrir una necesidad, un gran vacío, calmar la tempestad y encontrar el tan ansiado amor y la paz.
Otros han llegado por la curiosidad del estilo de vida de un Cristiano, o por la curiosidad acerca del conocimiento bíblico.
Otros han llegado porque quieren conocer a Dios.
Otros por tradición familiar.
Otros para prosperar…
En fin si listara todas y cada una de las razones por las que se ha acercado un humano a Cristo seguramente llenaría libros, pero lo que si puedo asegurar es que nació de una razón primariamente egoísta. Porque finalmente antes de los estudios somos humanos ignorantes en la palabra del Señor, y es conforme se avanza en los estudios y se nos dice claramente que espera Cristo de nosotros, que poco a poco nos vamos autoeliminando de la lista de aspirantes, o por el contrario, vamos pasando del estado humano egoísta a la iniciación de un estilo de vida totalmente espiritual dedicada al Señor.
Lo que también es muy cierto, es que Dios a través de Jesús dejó claramente establecido: «Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente»
Esta escritura apoya, fuertemente el argumento de no hay pretextos para seguir a Jesús, porque desde que decimos, Jesús es mi Señor y mi Salvador, estamos contrayendo aceptando el entregarle todo nuestro corazón, alma, mente y fuerzas.
Y es básicamente de lo que se vale Dios para darle un indicador a los humanos que nos decimos cristianos, y es bastante sencillo de interpretar.
Si me digo cristiano, una fiesta, un convivio, mi familia, lo material, está en segundo plano y jamás formará parte de mi repertorio de pretextos para no seguir a Dios, es más, si me digo cristiano, ni siquiera debe haber un repertorio de pretextos, sino más bien una humilde mansedumbre que esté dispuesta a contestar al llamado:
«Aquí estoy Señor, dispuesto a seguirte y a servirte»
En la búsqueda uno se encuentra de todo, porque es una lógica que el que busca encuentra, Esto me he encontrado >>> http://manifiestostronosluz.jimdo.com/