Sobre la influenza y el principio del fin (1)

Veamos: crisis financiera, violencia, falta de agua potable, sequía, calentamiento global, terremotos, sospechas de lanzamiento de un misil atómico y ahora una epidemia que amenaza con ser mundial y que en México cobró ya varias víctimas mortales. ¿Es esto el principio del fin? ¿Se están cumpliendo las «condiciones» de Mateo 24 o del Apocalipsis? ¿Cómo se supone que deberían estar los cristianos ante todo esto?

Para este ejercicio vamos a utilizar un método literalista para interpretar Mateo 24. Este es un supuesto mayor pues, como bien se sabe, los criterios hermenéuticos suelen ser un tanto caprichosos y algo que un intérprete considera literal otro lo hace alegórico. Pero baste ahora considerar una interpretación literal de este pasaje.

Jesús ha llegado a Jerusalén a pasar sus últimos días. En Mateo 23 lo escuchamos criticando con dureza la religiosidad hipócrita del establishment jerosolimitano. Luego llora por Jerusalén advirtiendo que es dejada desierta hasta que no reconozcan que Él es el Señor (23:36-39). De camino al templo, sus discípulos le preguntan sobre esta último declaración. «¿Cuándo ocurrirá? ¿Qué señales hay que buscar?». Jesús entonces inicia el último de sus grandes discursos según el evangelio de Mateo.

Habrá «rumores» de guerra y guerras verdaderas, pestilencia, hambres y terremotos. Pero no es el fin, más  bien es el inicio del fin «el principio de los dolores». (24:5-8) Después de esto, «serán entregados (los discípulos de Jesús) y sufrirán por ser cristianos (24:9-12). Entre cristianos habrá traiciones, engaños, hipocresías, búsqueda de poder. Por esta maldad, muchos cristianos desfallecerán y cundirá la apostasía». El «evangelio será predicado en el mundo entero y entonces vendrá el fin» (24:13-14).

El fin es anunciado con señales como esta: «la abominación de asolamiento que vio Daniel y que ocurrirá en el lugar santo», «falsos profetas se levantarán», «habrá mucho sufrimiento», «el Hijo del hombre vendrá de oriente a occidente» (24:15-29). Y la culminación de todo será así: «el sol se obscurecerá, la luna dejará de brillar, las estrellas se vendrán abajo, las huestes celestiales serán conmovidas. De inmediato, la señal del Hijo del hombre será mostrada en el cielo y las naciones, atribuladas, verán llegar al Hijo sobre nubes del cielo. Cuando ocurra esto, los ángeles tocarán una trompeta y llamarán de todas partes a los escogidos» (24:29-31).

Vemos cómo esta profecía está dividida en tres grandes partes: los principios del fin, la gran tribulación y el regreso de Jesús. Cada parte, además con diferentes etapas. Estas etapas están marcadas con el adverbio entonces (eto, en griego). Volvamos a preguntar: si esta escritura se interpreta literalmente, ¿en qué etapa estaríamos?

Continuará…

2 Comentarios

  1. paola dice:

    esta muy bueno tu blog…felictaciones….

  2. Omar Renteria Gutierréz dice:

    hola espero y me lleven comentarios a mi correo y me interesa mucho todo sobre este tema relacionado con la biblia…
    bueno espero respuesta…
    🙂
    hasta pronto^^

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