Estaba leyendo hoy Lucas 15:11ss, la parábola del hijo pródigo. Me sorprendió la facilidad con la que el padre «restaura» a su hijo. No le pide penitencia, escribir cartas, humillarse, pedir perdón. ¡Se va al hijo y lo abraza! ¿Por qué las iglesias tienen ritos de regreso? Ritos no bíblicos (o díganme dónde está el proceso de restauración en la Biblia). Lo hacen porque regresan a la institución. No reconocen que el simple hecho de regresar implicó un proceso interno de humildad tremendo. En fin: «hagamos fiesta porque un hijo mío que estaba perdido ha regresado».